Fragmentos
Raíces, caminos y razones de
La Comedia de Campana
La Comedia de Campana - 50 años haciendo cultura -
Fragmento Nº 20:
Más acá de la pandemia

por Guillermo Rodoni


Después de la pandemia, o cuando pareciera que estamos dejándola en el pasado, las circunstancias de mi trabajo personal hicieron que, comenzando la segunda mitad del 2022, tomara parte en la Fiesta Provincial de Teatro de la provincia de Buenos Aires, evento que tuvo lugar en Benito Juárez, en el Sur de la Provincia, la misma ciudad donde Ana y yo habíamos estado ocho años antes, cuando se llevó a cabo allí un encuentro similar.

Llegamos tarde para presenciar los dos primeros espectáculos; pero tuvimos la suerte de poder disfrutar los dieciocho restantes, representantes todos de las distintas regiones culturales que componen la provincia de Buenos Aires.

Más allá de la calidad y la jerarquía artísticas, la Fiesta sirvió en mí como detonante de una especie de despertador de conciencia que me sacudió con fuerza y me hizo terminar de ver con claridad una serie de sensaciones y detalles que venía intuyendo desde hacía tiempo.

Lo que voy a tratar de desglosar a continuación es algo estrictamente personal experimentado por mí en mi fuero más íntimo. Pero siento la necesidad de contarlo porque presumo que experiencias análogas seguramente son experimentadas por muchos y muchas aquí, allá, y más allá de todos los límites impuestos por la cultura y la civilización, en estos tiempos en que todos y todas tomamos conciencia de que han transcurrido dos años a cuyo paso han desaparecido cantidades enormes de rostros amigos, de experiencias interrumpidas, de miedos y alegrías dejados de lado, de imágenes sumidas en un olvido transitorio pero que las desdibuja y borronea.

De pronto nos damos cuenta de que la realidad ha cambiado. El paisaje es otro. Y no tenemos conciencia de cómo se realizó la metamorfosis.

La última Fiesta Provincial de Teatro de la que había yo participado fue la que tuvo lugar en Zárate en el año 2016. En aquella edición los organizadores habían dispuesto que Alejandro Finzi, amigo personal, fuera uno de los Jurados del Evento.

Alejandro murió, en medio de la pandemia, el 22 de agosto del año pasado.

Ahora, en esta Fiesta, estando yo por ingresar a uno de los teatros para presenciar la función, se me acercó para saludarme la directora y teórica teatral Julia Lavatelli, también amiga de Alejandro, y por ella me enteré de que la esposa de Finzi, Laura Vega, ¡también falleció!

Fue en el mes de mayo pasado pero yo no me había enterado y su nombre era parte de una breve lista de amigos y amigas a quienes iba a escribirles a la vuelta de la Fiesta… 

Una deuda que lamentablemente ya no podré saldar… 

Como decía más arriba, el paisaje cotidiano ha cambiado. El mundo es otro. Tal vez la evolución ha sido la natural y la esperada, pero nosotros no pudimos ver los cambios diarios que se iban produciendo por tener que estar recluidos detrás de barbijos y pantallas, evitando los espacios públicos, encerrados en nuestra individualidad…

De pronto salimos al mundo exterior y comprobamos de un plumazo que el tiempo ha pasado, que el panorama es otro, que todo cambió.

Casi sin excepción, los espectáculos ofrecidos dieron cuenta de la búsqueda, a veces desesperada, de contacto humano, imprescindible a la hora de tratar de neutralizar los efectos de esta pandemia horrible que obligó a aislarnos cada vez más, contradiciendo todo lo que pensamos y sentimos. Tanto es así que, en la gran mayoría de los espectáculos ofrecidos, los realizadores optaron por la anulación de la cuarta pared, en una búsqueda insistente de contacto directo con los espectadores.

Si bien en todo acto teatral existe una expresa búsqueda de comunicación con el público, en estos espectáculos esa búsqueda se transforma en protagonista; como si cada personaje, en cada escena y más allá de todo diálogo textual, pronunciara un grito manifiesto que podría traducirse como ¡estamos todxs aquí VIVOS, ustedes en las butacas y nosotrxs en la escena, dispuestxs a cantarle juntxs a la VIDA!

He tenido el privilegio y la suerte de participar en encuentros y festivales de teatro en muchas latitudes y culturas. Pero la diferencia entre éste y todos los anteriores es notoria… ¡Y claro! ¡En todos los anteriores no existía ni había existido esta pandemia!

Sin embargo, hay elementos que permanecen más allá de tiempos y circunstancias.

Lo mencioné al principio: ¡la ciudad de Benito Juárez, en menos de una década, hospedó al mayor evento teatral de la provincia de Buenos Aires en dos oportunidades!

Siempre pensé que, si bien es motivo de orgullo y alegría ser invitado por alguien a su casa, ya sea esa casa una institución, una ciudad o un país, es motivo de alegría y orgullo aún mayores el ser invitado al mismo lugar por segunda vez. ¡Prueba elocuente de la aprobación y satisfacción de las expectativas del anfitrión!

Son muchas las ciudades de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo un pueblo pequeño ha sido en dos oportunidades el anfitrión de la fiesta.

Un dato esclarecedor:  el Intendente actual de Benito Juárez es el mismo de entonces. Y esto también es muy elocuente.

Este Intendente apostó al Teatro a la hora de hacerle un regalo a su pueblo.

Y llegan a mi memoria las palabras que con alegría, optimismo y picardía pronunciaba reiteradamente el inolvidable Chacho Dragún cada vez que decía: ¡qué distinto sería el mundo si nos dejaran a lxs teatristas la responsabilidad de gobernarlo!”.

Imagino que ese Intendente debe sentirse satisfecho y feliz al comprobar la alegría y la contundencia con que su pueblo aceptó su oferta y llenó las salas en todas las funciones.

Por distintas razones personales, y habiendo cambiado las circunstancias políticas en el país y en la provincia de Buenos Aires, me ofrecí nuevamente para integrar el Consejo Provincial de Teatro Independiente (C.P.T.I), organismo en el que ya había tomado parte en su etapa inicial.

Lo hice guiado por mis ganas de apostar al Teatro como poderoso instrumento para la transformación social, convencido de que, a través de nuestro Arte, se puede efectuar una contribución fuerte y efectiva para mejorar la Vida.

¡Y aquí estoy hoy!

La Fiesta Provincial de Benito Juárez fue el lugar, la circunstancia y la razón por la que obligadamente tuve que tomar contacto con mis colegas representantes de cada una de las regiones culturales en que se divide la provincia. Son 14 regiones, con cuyxs responsables había tenido apenas un par de reuniones virtuales.

¡Pero qué distinto resulta el encuentro cuando es en persona!

Y es justamente aquí donde comienza el relato que fundamenta este Fragmento como un capítulo para ser incluido en el devenir temporal de La Comedia de Campana.

¡Esta Fiesta del Teatro sirvió en mí para muchas cosas!

¡Me encontré con quienes actualmente integran el C.P.T.I.! ¡Les conocí personalmente!

Y descubro que se conducen, tal vez como producto, en primera instancia, de la pandemia, con un nivel distinto de espontaneidad, de libertad, y hasta quizá de honestidad.

¡Son todos y todas muy jóvenes!

Siempre quise estar vinculado con los tiempos nuevos y las nuevas tendencias, porque siento y considero que son el último producto del desarrollo intelectual y emocional de nuestra civilización humana.

Sin embargo ahora, por efecto de la pandemia, por primera vez en mi Vida siento que se produjo una distancia, una brecha, entre ellxs y yo. ¡Son distintxs a mí! Y está en mí la obligación de establecer entre ellxs y yo canales de comunicación efectivos que nos emparenten y comuniquen.

Un ejemplo: me resultó conmovedor y gratificante comprobar que cuando hablan de perspectiva de género lo hacen con todo el cuerpo, paradxs en un lugar muy distinto al que ocupábamos cuando vislumbrábamos, años atrás, que ése era el único camino lógico y natural.
De algún modo, y un poco para satisfacer mi ego, tengo que decir que esta realidad actual, a la que pude conocer en esta Fiesta, es el producto de lo que habíamos buscado y por lo que habíamos luchado cuando empezábamos a levantar las banderas de lo que considerábamos justo, natural y lógico para la Vida.

Vino la pandemia y nos obligó a hacer una pausa.

Tuvimos que separarnos de lxs otrxs…

Y al cabo de dos años, descubro que puedo objetivar mejor, como viendo en la orilla de enfrente una realidad diferente, punto de lanzamiento del futuro que ya está en nosostrxs.

Uno de los espectáculos presentados en la Fiesta nos interpela con la pregunta: “¿cómo es que las cosas llegaron hasta aquí?”, en una demostración concreta de algo que no podría manifestarse sin el empleo de nuevos recursos tecnológicos como los que hoy contamos.

Creo que ésa es una de las preguntas que, a través de las épocas, impulsaron las creatividades de Stanislavsky, Brecht, Buenaventura, Barba…

Y es por eso que estoy convencido, no solo por una razón ideológica, sino también por una convicción epistemológica, que esta experiencia vivida en la 36º Fiesta Provincial del Teatro, la primera después de la pandemia, incidirá fuertemente para cambiar los caminos y propuestas que determinarán la forma final de nuestro festejo del largo medio siglo de Vida de La Comedia de Campana.

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Joaquín Benzaquen en una escena de Lombrices, de Pablo Albarello, por el grupo ALMA (dirección: Alejandra Tedesco), de la ciudad de Escobar, representante de la Región 14 (PBA Norte) en la 36º Fiesta Provincial de Teatro.




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